lunes, 28 de agosto de 2017

Hormonas metabólicas tiroideas



La glándula tiroides, situada justo por debajo de la laringe y a ambos lados y por delante de la
tráquea, es una de las glándulas endocrinas más grandes, con un peso que oscila entre 15 y 20 g en
los adultos sanos. El tiroides secreta dos hormonas importantes, la tiroxina y la triyodotironina,
conocidas a menudo como T4 y T3, respectivamente. Ambas inducen un notable aumento del
metabolismo del organismo. La ausencia completa de secreción tiroidea provoca con frecuencia
descensos metabólicos de hasta un 40-50% inferiores al valor normal, mientras que la secreción
excesiva incrementa el metabolismo en hasta el 60-100% por encima de lo normal. La secreción
tiroidea está controlada por la tirotropina (TSH), secretada por la adenohipófisis.
La glándula tiroides secreta, además, calcitonina, una hormona importante para el metabolismo del
calcio.
La glándula tiroides se compone de un elevado número de folículos cerrados (100 a 300 μm de diámetro), que están repletos de una sustancia secretora denominada coloide y revestidos por células epiteliales cúbicas que secretan a la luz de los folículos.
El componente principal del coloide es una glucoproteína de gran tamaño, la tiroglobulina, cuya
molécula contiene las hormonas tiroideas. Cuando la secreción se encuentra en los folículos, la
sangre debe absorberla de nuevo a través del epitelio folicular para que pueda actuar en el
organismo. El flujo sanguíneo por minuto de la glándula tiroides equivale a unas cinco veces su
peso, lo que supone un aporte sanguíneo comparable al de cualquier otra región del organismo, con
la posible excepción de la corteza suprarrenal.

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